
El hilado se efectuaba con un kulio (huso), telar vertical para las prendas de mayor tamaño como mantas, ponchos y cobertores.
El vestido típico masculino era el chiripa, un pantalón formado por un rectángulo cuyos extremos se pasaban por las piernas, sosteniéndose a la cintura. Otra prenda tradicional era el chamal, una túnica corta sin mangas que se inmovilizaba a la cintura con una faja. Coronaban estas prendas un poncho tejido y largo, reales objetos artísticos. Cuanto más impresionante fuese el manto, mayor jerarquía demostraba tener su poseedor.
Antes de ser hiladas, las hebras se teñían con tintes vegetales en diferentes colores: rojo, marrón rojizo, tonos morados, blanco, amarillento, obtenidos del color natural de la lana.
La mujer vestía con una túnica recta y hasta los tobillos denominado kepán, con una serie de gráficos tejidos que determinaban el estatus de la dama.
En relación con los ornamentos, importantes joyas de plata eran usadas por las mujeres, quienes tenían el hábito de llevarlas cotidianamente. Adornos para el cuello, collares (o sikil) alfileres para la cabeza, prendedores (tupu), etc, constituían la moda usual de las mujeres mapuches.
Su moda también recibió influencia de la cultura incaica y picunche del Perú, de quienes tomaron el uso de enormes aros labrados.
Actualmente, los mapuches tienen una vestimenta similar a la descripta pero más simplificada, sumándole en el caso de las mujeres, amplias polleras de diversos colores y diferentes diseños. En el caso de los hombres, el vestido típico se fue abandonando, reemplazándose por una vestimenta normal de campesino, respetando del tradicional , el poncho tejido y agregándole el sombrero de paño.
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